El
Mijo
El mijo
o millo es un cereal sin
gluten, por lo que resulta fácilmente digerible, en cuanto al
aspecto nutricional, es un alimento con
un significativo aporte de hidratos de carbono, fibra,
magnesio, vitamina B, vitamina B9, fósforo, vitamina B6, vitamina B2, ácidos
grasos poliinsaturados, hierro, zinc y vitamina B3. El resto de
nutrientes presentes en este alimento, ordenados por relevancia de su
presencia, son: proteínas, potasio, grasa, vitamina E, yodo, ácidos grasos
monoinsaturados, selenio, ácidos grasos saturados, agua, calcio y sodio.
Por
su contenido en hidratos de carbono,
el mijo es un alimento ideal para el aporte energético, pues se estima que el
55-60% de la energía diaria que necesitamos debe provenir de carbohidratos, siendo
ideal para aportar la energía necesaria para nuestro organismo, Además la
principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que
encontramos en alimentos ricos en carbohidratos, como mayoritariamente contiene
hidratos de carbono complejos y nos simples su absorción es más lenta y no
producen aumentos súbitos de glucosa en sangre, por lo que es el tipo de
alimento que pude consumir una persona diabética.
El
mijo, por su contenido en fibra, ayuda
a que se den en el organismo las condiciones favorables para la eliminación de
determinadas sustancias nocivas como colesterol o ciertas sales biliares, y
colabora en la disminución de glucosa y ácidos grasos en la sangre, es mucho más
rico en fibra que el arroz. También es recomendado su consumo a personas que
padezcan sobrepeso u obesidad y desean disminuir su peso ya que la fibra
soluble no nos aporta prácticamente calorías y aumenta la saciedad, esto sucede
porque se expande al entrar en contacto
con el agua.
Al
tratarse de un alimento rico en magnesio,
contribuye a mejorar tanto el tono muscular como el neuronal, La presencia de
magnesio, hace además, que el mijo sea eficaz en el reforzamiento del sistema óseo y la dentadura,
y muy conveniente para el sistema cardiovascular, el
déficit de magnesio puede provocar calambre musculares. El magnesio también es
un mineral que alcaliniza el organismo, por lo que podemos aportarlo en nuestra
alimentación como alimento preferente frente a otros cereales con menor
contenido en dicho mineral. Además, con el magnesio, se aumenta
la producción de glóbulos blancos para beneficio del sistema inmunitario. Se
estima que alrededor del 60% del magnesio que asimilamos se asienta en huesos y
dientes, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en líquidos corporales.
El
mijo constituye un alimento con un significativo aporte de vitamina B1, La vitamina B1 -o
tiamina- juega además un papel esencial en la absorción de glucosa por parte de
cerebro y sistema nervioso, por lo que la deficiencia de este nutriente puede
derivar en cansancio, poca actividad mental, falta de coordinación, depresión,
etc.
Gracias
al contenido de vitamina B9,
el mijo contribuye a la formación de células sanguíneas y glóbulos rojos,
ayudando a prevenir la anemia y a mantener sana la piel, la vitamina B9 -o ácido fólico- interviene en el
metabolismo de proteínas, ADN y ARN, reduciendo el riesgo de aparición de
deficiencias en el tubo neural del feto (estructura que dará lugar al sistema
nervioso central).
Debido
al aporte de fósforo, el
mijo contribuye a la mejora de determinadas funciones de nuestro organismo como
la formación y desarrollo de huesos y dientes, la
secreción de leche materna, la división y metabolismo celular o la formación de
tejidos musculares.
Por
tratarse de un alimento con un importante aporte de vitamina B6, el mijo favorece
la formación de glóbulos rojos, células sanguíneas y hormonas, interviene en la
síntesis de carbohidratos, proteínas y grasas, y colabora en el mantenimiento
de los sistemas nervioso e inmune en perfecto estado, participando
indirectamente en la producción de anticuerpos.
El
mijo constituye una fuente natural de vitamina B2
-o riboflavina-, lo que favorece la actividad oxigenadora intercelular,
mejorando el estado de las células del sistema nervioso y colaborando en la
regeneración de tejidos como piel, cabello, uñas y mucosas, y de forma especial
en la integridad de la córnea, contribuyendo de esta manera a mejorar la salud
visual.
El
contenido de ácidos grasos
convierten al mijo en una fuente de energía que ayudará a regular la
temperatura corporal, a envolver y proteger órganos vitales como el corazón y
los riñones, y a transportar las vitaminas liposolubles (A, D, E, K)
facilitando así su absorción.
Por
ser un alimento rico en hierro
(necesario para la síntesis de hemoglobina), el mijo colabora en la renovación de las células sanguíneas,
posibilitando el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los diferentes
órganos, como los músculos, el hígado, el corazón o el cerebro, siendo el
hierro indispensable en determinadas funciones de este último, como la
capacidad de aprendizaje, este alimento resulta muy beneficioso para el
organismo en situaciones de carencia de hierro, ya sean como consecuencia de
hábitos alimenticios inadecuados, durante la menstruación o el embarazo, o tras
accidentes u operaciones médicas donde se ha perdido sangre.
El
mijo, gracias a su contenido en Zinc, resulta
muy beneficioso en el proceso de formación de los huesos, así como en el
desarrollo de los órganos reproductivos, favoreciendo el funcionamiento de la glándula prostática.
Es
un alimento con alto contenido de lecitina, que contiene colina que a su vez
promueve una prevención en la obstrucción creada por acumulo de placas de
ateroma, producidas por un exceso de colesterol en los vasos sanguíneos .
Además
si el grano del mijo
es sometido a fermentación aumentaremos la digestibilidad de este cereal,
siendo mejor tolerado en personas que tenga dificultades en realizar
correctamente este proceso de digestión
o sientan molestias o pesadez.